Tentación y pecado

Coquetear

¿Cómo vencer la tentación?
¿Cuál es el poder de la tentación?
¿Por qué escogemos cosas que nos traen mal?
¿Qué solución práctica la Sagradas Escrituras para vencerla?
¿Por qué Eva siendo perfecta fue engañada?
¿Cómo romper el ciclo destructivo de hábitos ocultos que nos matan lentamente?

Les comparto algunas verdades de la predica de ayer domingo.
Tentación no es pecado. Tentación es prueba. No diga que Dios le está probando porque Dios no puede ser probado por el mal, ni él prueba a nadie. (Stg 1.13).
¿Acaso no sabe omnisciente eterno Dios el resultado y lo que usted va a hacer antes de hacerlo? Por supuesto que sí.
Cada uno es tentado (puesto en dificultades) cuando por sus propios deseos es atraído y seducido. Stg 1.14.
¿Quieres saber cuál es tu más grande tentación? Dígame qué es lo que más le atrae. Ahí es donde tú vas a ser probado. La tentación es fuerte porque nuestras emociones son fuertes.

Más que ninguna otra causa, lo que arrastra nuestros deseos y pasiones a la tentación es la sensación de carencia, sentir y creer que nos falta algo.

Ser tentado no es caer en pecado. Jesús fue tentado en todo porque tenía necesidades, deseos y anhelos como cualquiera de nosotros, pero no cayó en pecado.
Somos probados en momentos cuando sentimos necesidades genuinas de amor, de aceptación, hambre, sed, satisfacción, etc. y en vez de confiar en Dios para satisfacerlas como El a prometido, aceptamos una solución rápida que satisfaga nuestra necesidad o deseo aunque sea indigna, pecaminosa.
La emoción nos ciega a la realidad de las consecuencias.

¿Cómo llega esa emoción a ser tan fuerte?
Cuando creemos que nos falta algo.
La Biblia dice que estamos completos en Cristo, Col 2.10.

A Jesús le faltó alimento cuando sintió hambre y vino el tentador con una prueba cuestionando la identidad de Jesús. Satán le dijo: “si eres hijo de Dios” (Mt 4.4).
No hay nada malo en satisfacer la necesidad de comer cuando uno tiene hambre. La prueba era que al hacer lo que Satán proponía (convertir piedras en pan) Jesús aceptaba como verdadera la duda insertada de si Él era o no Hijo de Dios.
¿Por qué es esto una tentación? Porque en la experiencia espiritual que tuvo justo antes Jesús tuvo confirmación de parte de Dios, “hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” Mt 3.17.

Luego de tú tener confirmación de parte de Dios, hay un tiempo de tranquilidad hasta que tú mismo sientes necesidad. Jesús podía convertir piedras en pan. Eso no es problema, ni tampoco es la tentación. La prueba era si actuaba de acuerdo a las Palabras del Padre o cedía a la invitación del diablo a causa del hambre que tenía.
Satisfacer el hambre es bueno. No creerle a Dios es malo.
Por dudar la palabra del ángel, Zacarías, padre de Juan Bautista, quedó mudo. No creer las palabras de Dios es muy malo.

Para crecer fuerte el creyente no debe tener sensación de carencia. Yo sé lo que es vivir rodeado de carencias y no sentirme carente sino gozoso, pleno y en paz.

Debemos sentirnos plenos y completos. La sensación de falta es amarga y crea sentimientos de desapego.
No importa cuán reales los sentimientos de falta. No son verdaderos, crea Col 2.10.
Algunos de ellos son, por ejemplo, sentimientos de:
1. Soledad. Me falta un compañero(a).
2. Insuficiencia. Me falta dinero.
3. Enfermedad. Me falta salud.
4. Frustración. Me falta alcanzar mis metas.

Tengo una lista larga pero ya puedes entender.
No importa cuán indignos nos sintamos, ¡no es real! Es una altivez que se levanta contra el conocimiento revelado de Dios para aquellos que están en Cristo.
Creer que uno está incompleto es una mentira.
Es la mentira más poderosa que uno podría creer.

Este sentido de carencia está presente en cada problema y cada relación disfuncional y es la causa de casi todos los sufrimientos y pecados que cometemos, no es el diablo.

Antes de cometer pecado, primero debemos llegar creer que ese pecado va a satisfacer una necesidad en nuestra vida: la mujer que se siente abandonada se acuesta con un extraño por su necesidad de compañía más que de sexo.
La vanidad, orgullo, codicia, la tentación de poder, etc. buscan satisfacer alguna carencia interior de una necesidad legítima en el ser humano.

No cometemos pecado para crear problemas. Cometemos pecado para resolver problemas. Eso pensamos y por eso pecamos. La mayoría de nuestras preguntas que nos hacemos parten de una suposición falsa, de una posición de carencia. Realmente no creemos en las promesas hechas por Dios y aseguradas por Jesús. 2 Co 1.20.

Creyendo que nos falta algo, buscamos sinceramente resolver nuestros problemas mientras creamos más dolor y frustración. La verdad es que estamos completos en Cristo, Col 2.10.
Cuando nuestras creencias no están basadas en la obra completa de Jesús no nos damos cuenta de que estamos completos.

¿Por qué escogemos cosas que nos traen mal?
Porque partimos de la posición: “Estoy incompleto en Cristo”. Partiendo de esta base teológica emocional, cada pregunta que nos hacemos, cada decisión que tomamos, nos aleja más y más de la victoria y nos conduce a la desilusión y el fracaso.

Tus creencias arrastran tus emociones y tus emociones arrastran tus acciones. En el momento en que Eva creyó la mentira de que le faltaba algo, comenzó a ser impulsada por miedo en vez de por fe.

¿Cuál es el poder de la tentación?
Creer la mentira de creernos incompletos validados por los sentimientos de carencia.
¿Cómo vencer la tentación?
Desarrollando un estado de plenitud que la Biblia llama JUSTICIA (el que lee entienda).

Les estaré enseñando más acerca de esta verdad, de cómo nuestros sentimientos de carencia son validados en nuestra mente, justificando nuestro vacío y nuestra sensación de falta.
Y cómo comenzamos a confiar en esos sentimientos más que en la realidad y las Palabras de Dios mientras nos hundimos en sufrimiento y pecados repetitivos.
¿Puedes deprimir a una persona feliz? Imposible.
Pero una persona deprimida es víctima de inumerables pecados de palabra u obra. La gente desesperada toma decisiones desesperadas.

Si Dios me permite les estaré enseñando cómo sentirse plenos y cúal era la alegría de Jesús cuando sólo había 5 panes y 2 peces. Si me sigues aprenderás a transformar tus sensaciones de carencias en fuertes emociones de deseos sanos, santos y agradables a Dios. Cuando logres quitar tu vista de las carencias podrás tener espacio para ser creativo, generoso, agradecido.

La gente que vive bajo sensaciones de carencia nunca pueden convertirse en personas generosas por tanto nunca pueden salir de su estado de escasés material o espiritual.
Tú no puedes recibir lo que no eres capaz de dar. (Esta es una de las leyes del Reino).

Me alegro por haber experimentado escasez, ya que me ayudó a entender y apreciar la abundancia, la fe y a Cristo más profundamente.

“Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, para tener para tener abundancia como para padecer necesidad.” Fil 4.12-13
“No sólo de pan vive el hombre.” Dt 8.3


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.