Si tuvieras acceso a un poder ilimitado, ¿qué harías que no estés haciendo ahora?
¿Cómo mejoraría tu vida?
¿Sabes cómo acceder al poder de Dios que mora adentro de ti?
Dios mira la incapacidad del ser humano de lograr superar sus propios límites con sus propias fuerzas. Cuando Dios decidió asegurar todas sus promesas y ponerlas al alcance de todo ser humano sabía que era imposible si dependía de la capacidad de cada persona.
En realidad, las personas que necesitan más cambios y mayores cambios son las que menos capacidad tienen para lograrlo.
En Rom 4.16 Pablo escribió: “Por tanto, es por fe para que sea conforme a la gracia, para que la promesa sea segura para toda su descendencia”. Dios ha dado a sus hijos una medida de fe.
Ef 2.8,9 “por gracia son salvos por medio de la fe; y esto no de ustedes pues es don de Dios. 9 No es por obras, para que nadie se gloríe.” Dios se aseguró de que tuviéramos suficiente fe para aprender a confiar en Él. Fue Dios quien sembró en lo profundo la semilla de fe en nosotros. Luego envió a Jesús, quien trajo gracia y verdad para asegurarse que todos pudiéramos experimentar el poder de cambiar, independientemente de nuestras propias fuerzas.
Es importante que sepas esto, la información por sí sola nunca es suficiente para lograr el tipo de cambio y crecimiento que la mayoría de nosotros deseamos. La información, independientemente de si es verdad o no, no puede hacer que una persona cambie.
Por ejemplo, el Antiguo Testamento es verdad de inicio a fin. De hecho, es una verdad inmensa. Da a toda la humanidad la sabiduría de Dios de cómo vivir en este planeta. Moisés trajo la verdad (Jn 1.17), “la ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”. El Antiguo Testamento es verdad. Es un sistema de autoayuda de lo mejor que he visto. Nos da reglas y principios para una vida plena y saludable. Nos da pautas para tener buenas relaciones. Nos dio el plan para una economía nacional. Fue la base del sistema judicial de varios países como EU. Pero tenía una debilidad gigante: ¡dependía de la gente!
“Lo que la ley no pudo hacer, por ser débil por la carne, Dios lo hizo enviando a su propio Hijo” (Rom 8.3).
La Ley de Dios dependía de la fuerza de cada persona, de lo que cada cual puede hacer, o sea, su carne. Carne en la Biblia se refiere a la vida independiente de Dios.
Si los principios de la Ley dados por Dios no le dieron al hombre el poder de cambiar, yo dudo mucho que un libro de autoayuda pueda darle al ser humano el poder de cambiar.
¿Qué hacemos? ¿Fiesta con nuestras limitaciones? ¡Nada de eso!
En nuestra búsqueda por la clave del cambio permanente, hemos buscado en todas. La ciencia mira al cosmos buscando otros planetas. La mayoría de las religiones y las enseñanzas de la Nueva Era exploran las energías del hombre y lo animan a descubrir sus propios recursos, etc. Creo que conectarse con nuestros recursos internos da honra a nuestro Creador, y es bueno y útil, sin embargo, estos enfoques filosóficos tienen dos defectos básicos. Primero, alejan al hombre de los recursos de Dios, y segundo, al igual que la Ley de Moisés, nos limitan a nuestras propias fuerzas.
Y cuando funcionan (porque sí funcionan) solo funcionan para los que alcanzan disciplina y son fuertes. Dios nos amó demasiado como para dejarnos a nuestras propias fuerzas y recursos.
¡Dios quiere que todos participen de Su poder ilimitado!
Y a petición de Cristo, envió el Espíritu Santo.
¿Sabes cómo acceder al poder de Dios que mora adentro de ti?
De todos los factores destructivos presentes en la vida de una persona obsesionada por cambiar, dos suelen ser los más mortales:
1) ignorar el poder de Dios, y
2) destruir su sentido de autoestima.
Cuando un creyente se aleja del poder de Dios que habita en él, la vida se convierte en una lucha con pocas probabilidades de victoria. Al final, toda su relación con Dios se verá mustia. Esto a su vez provoca el desaliento y la destrucción de su autoestima, lo que hace que el deseo y la pasión mueran.
Reconocer que el poder para el cambio está dentro de ti es el primer paso. Luego simplemente debes ceder al poder de Dios comenzar a vivir de manera auténtica, sin presiones, libre. Sentirás la esperanza viva de finalmente convertirte en persona que siempre soñaste ser.
Leave a Reply