¿Por qué debemos congregarnos?
Vivimos en una sociedad consumista, dentro de una cultura de consumo. El consumismo hace rey al cliente, no a Cristo. Me refiero a que el consumismo prioriza las necesidades y los deseos del cliente. ¿Por qué algunas personas dejan de congregarse? ¿Por qué sus vidas se enfrían en lo espiritual? Porque satisfacer sus necesidades son la prioridad, no se busca hacer la voluntad de Dios sino satisfacer sus deseos personales. Los consumidores rara vez abrazan consistentemente el mensaje de la cruz, aunque es lo que realmente necesitan.
Necesitamos trabajo, dinero, ropa y alimentos. Pablo identificó estos valores al decir: “Todo lo considero como pérdida a causa del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuya causa lo he perdido todo” (Fil 3.8) pero en una sociedad donde hasta el evangelio se vende como mercancía, negarse a sí mismo y enseñar que vas a perder no es popular.
Debemos tener cuidado y asegurarnos de que el valor que estamos agregando a nuestras vidas sea verdaderamente Cristo céntrico.
Me doy cuenta de un riesgo: en el esfuerzo de ser relevantes, a veces podemos ofrecer a los cristianos consejos de sentido común con uno o dos versículos de la Biblia. A la verdad, ellos pueden obtener el mismo consejo, sin los versículos de la Biblia, de fuentes seculares como: Dr. Phil en cuanto a las relaciones, Orman en las finanzas, Dr. Oz en dietas, etc. El punto es que cuando algunos cristianos “inteligentes” se dan cuenta de que pueden obtener el mismo consejo en casa por YouTube, TV, etc., sin los costos de asistencia a la iglesia, diezmo, ofrendas y servicio voluntario en la iglesia, es posible que simplemente se queden en casa.
¿Qué motiva a Templo Nueva Vida a seguir congregándose? Obviamente no es simplemente información. El poder de Su Presencia se hace sentir como corrientes de aguas. El amor se practica con sencillez y el perdón como pan se da cada día. Sentirse útil es vital para la vida y solo tiene lugar en comunidad. Es en comunión con los hermanos que la autoestima se desarrolla. La autoestima es clave para que algo se perciba como un peligro o una oportunidad de crecimiento. Lograr el éxito en la vida sin esfuerzo personal ni trabajo en grupo es un engaño seductor. Ningún éxito se mantiene sin desarrollo personal y ningún desarrollo personal se logra sin vivir en comunión y participación activa dentro de la comunidad.
A los anti-iglesias lo mejor que puede pasarles es que caigan en crisis. Las crisis de la vida nos muestran cuáles hábitos o creencias necesitamos quitarnos porque no sirven para nuestro desarrollo. Cada nueva encrucijada es una oportunidad de cambio, ya sea adoptando un nuevo hábito saludable o un nuevo camino espiritual. Las crisis nos ayudan a darnos cuenta de lo que verdaderamente importa en la vida.
Ef 4. 1-7, 11-17
yo, prisionero en el Señor, les exhorto a que anden como es digno del llamamiento con que fueron llamados: 2 con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose los unos a los otros en amor, 3 procurando con diligencia guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. 4 Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como han sido llamados a una sola esperanza de su llamamiento. 5 Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, 6 un solo Dios y Padre de todos quien es sobre todos, a través de todos y en todos. 7 Sin embargo, a cada uno de nosotros nos ha sido conferida la gracia conforme a la medida de la dádiva de Cristo. 11 Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros, 12 a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. 14 Esto, para que ya no seamos niños, sacudidos a la deriva y llevados a dondequiera por todo viento de doctrina por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia las artimañas del error 15 sino que, siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: Cristo. 16 De parte de él todo el cuerpo, bien concertado y entrelazado por la cohesión que aportan todos los ligamentos, recibe su crecimiento de acuerdo con la actividad proporcionada a cada uno de los miembros para ir edificándose en amor. 17 Esto digo e insisto en el Señor: que no se conduzcan más como se conducen los gentiles, en la vanidad de sus mentes, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón.
Otras citas para reflexionar son: Sal 133.1; Lc 22.32; 1 Tes 5.11; 4.18; Jn 17.21; Stg 5.16
¿Qué virtudes se desarrollan en la comunión?
- La lealtad es una virtud que nos sostiene durante tiempos difíciles. Es parte de la fuerza de una congregación sana y, en decisiones emotivas, es más influyente que el amor. Por ejemplo, si donde te congregas pones tu corazón desarrollas sentido de pertenencia, y puedes sentir lealtad hacia un miembro que no “amas” o no te cae bien, puedes sentir lealtad hacia hermanos(as) de la congregación, aunque no las conozcas personalmente. La expectativa de lealtad de una congregación sana tiene una enorme influencia sobre una persona.
- El sentido del honor nos da fuerza interior, alinea con nuestras relaciones familiares y espirituales, y nos enseña la importancia de mantener nuestra palabra y actuar con integridad. El honor aporta mucho bienestar espiritual y fisiológico. Sin honor, es casi imposible, que alguien mantenga su posición con dignidad, porque carece del fundamento para su comportamiento y sus elecciones y, por lo tanto, sin sentido de honor no puede confiar en sí mismo ni en los demás. Hay muchas actividades comunitarias que desarrollan el honor como la celebración de un matrimonio, los bautismos, la consagración pública, la presentación de los niños, los aniversarios de bodas en la iglesia, etc.
- Sentido de justicia. Involcrarse activamente en la iglesia además nos ayuda a practicar el sentido de justicia: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti” (Mt 7.12). Este sentido de justicia comunitario mantiene el orden social y se puede resumir así: es justo hacer todo lo necesario para proteger a su familia. Sin una congregación de la cual te sientes parte, por lo general, el sentido que desarrolla esa persona es el de desprotección. Desde pequeño un niño que asiste a la iglesia aprender que es injusto poner en riesgo a cualquier miembro de la familia para beneficio personal; es injusto no cumplir una responsabilidad común; es injusto abrir la puerta a una amenaza. Hay un mandato no dicho que se crea en las mentes y es el de no avergonzar a la familia. Este mandato ejerce una fuerza extremadamente controladora sobre cada miembro. Los logros de uno resultan en los logros de los demás. Cuando un miembro de la congregación logra algo a favor de los demás, el resto comparte automáticamente el beneficio de la recompensa o la alegría y la esperanza de que es posible. No es raro ver que alguien se beneficie de la bendición o influencia de otro hermano que se ha ganado una reputación pública. Es es común por ejemplo, en las cartas de referencia, cartas de recomendación, etc.
Seguramente viene a tu mente otras virtudes y otros beneficios de congregarse. Si todavía no te congregas te invitamos cada semana a participar de los cultos, actividades de koinonía, a conocer y ser conocido, a servir y ser servido. Te invitamos a vivir y disfrutar la iglesia. Templo Nueva Vida te da la bienvenida.
Recuerda: solamente creces donde sea que pongas tu corazón.
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