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La Biblia nos enseña cómo reconocer una sana doctrina, 1 Tim 1.3-7.
Pablo afirma que el propósito de toda sana doctrina es el amor de un corazón puro, una buena conciencia y una fe sincera, 1 Tim 1.5. Los mandamientos de Dios son instrucciones divinas acerca de cómo andar en amor, de cómo tratarnos unos a otros. Si la doctrina que vivo es sana me llevará a amar más a Dios y a la gente a mi alrededor, me llevará a vivir sin conflictos y a ser sincero. Así es la vida con Dios: el yugo es fácil y ligera la carga.
Según la Biblia, los creyentes han sido regenerados por el Espíritu Santo y a estos se les ha dado un nuevo corazón, Ez 36.26-28; Jer 24.7. Y dentro de este corazón nuevo se han escrito las leyes divinas, Heb 10.16; Jer 31.33.
Un creyente verdadero se hace daño creyendo la mentira de que su corazón todavía es perverso y ¿quién lo conocerá? Si es todavía perverso necesita convertirse.
Ya que toda la ley con su verdadera intención está escrita en lo profundo de nuestro corazón; cuando no andamos en amor según la guía de la Palabra de Dios, dañamos nuestro corazón y experimentamos una conciencia de culpa y angustia.
Los mandamientos de Dios nos enseñan cómo andar en amor, lo cual satisface nuestra verdadera naturaleza como nueva creación en Cristo. La gracia es el poder de Dios que nos capacita para andar en amor. Una persona que anda en lo que Dios define como amor en luz y no se dejará engañar; ni hará tropezar a su hermano o hermana. ¡Operará en el tipo de fe del Señor!
Pablo afirma que: “la ley es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Rom 7.12). ¡Jamás pensemos que la ley es mala! Lo que Pablo dice es que cuando cedemos al pecado, tomamos lo que es bueno y lo torcemos para nuestra propia destrucción. El pecado es lo que corrompe nuestras vidas y nos mata (Rom 7.13)
Cuando nos comprometemos a caminar en la definición de amor que Dios da, aceptando los mandamientos como instrucciones para la vida, confiando en la dirección del Espíritu Santo, nunca torceremos los mandamientos divinos para convertirlos en legalismo. Al contrario ¡mostraremos la verdadera naturaleza y carácter de Dios!
Siempre que obedecemos la ley de Dios motivados por amor el resultado es bueno, mucho mejor que de lo que esperamos. La ley es la manifestación palpable de la sabiduría de Dios, Mt 5.17.
¿Por qué desear una sana doctrina? Porque nadie quiere algo enfermo y lo que sea que uno siembre en su vida, eso cosechará. Los beneficios de una conciencia tranquila son demasiados para contar, comenzando con vivir sin confusión, ni condena; menos estrés por lo tanto, menos enfermedad; más sensibilidad, por tanto, aumento de la capacidad de escuchar y reconocer la voz del Dios.
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