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La enfermedad puede provenir de muchas fuentes, además de organismos externos puede provenir de alteraciones internas del propio organismo. En este sentido se clasifican en enfermedades endógenas (alteración del genoma) y exógenas (de origen externo). Endógeno significa originado dentro, no producido por ningún agente exterior físico, exógeno significa que la causa proviene de afuera.
La enfermedad puede provenir de muchas fuentes. Puede provenir de violar la naturaleza de uno mismo. Puede provenir de una lesión o un accidente. Puede provenir de una crisis necesaria, digo necesaria porque las crisis permiten la desestructuración de las formas del pensamiento y del alma.
La enfermedad puede provenir de influencias externas negativas. Puede provenir de no prestar atención e infectarse con la enfermedad de otra persona. Puede provenir de las pestes causadas por guerras. Puede provenir de la pérdida de un ser querido. Son muchas las fuentes.
Para entender la causa de una enfermedad, primero es necesario volver al origen y luego repetir su cosmogonía. Es necesario volver al tiempo cuando todas las cosas estaban en orden, balanceadas completas y antes de reestructurarse.
La enfermedad cumple una función importante: permite la desestructuración de un estado actual preparando al organismo para el cambio.
Un estado no puede ser cambiado sin eliminar primero las razones de su existencia.
La mayoría de las enfermedades que nos afectan se debe a que encuentran un buen ambiente dentro del cuerpo para radicarse. Una persona habituada a vivir en amargura, resentimiento, ira, rencores, culpa, etc. es un cuerpo ideal para alojar enfermedades de todo tipo. Si bien en realidad el propio cuerpo las creó internamente al alterarse con todas estas presiones emocionales y psicológicas.
Una persona que no se ame da una sentencia de muerte a su propio cuerpo.
En el siglo XX fue clasificado el estrés como enfermedad. ¿Puede una persona padecer una enfermedad mental?
Por supuesto que sí. La enfermedad mental es un proceso que provoca alteraciones del pensamiento, emociones y del comportamiento. Se ven afectadas las áreas de las percepciones, sexualidad, dieta, el control de impulsos, la atención, etc.
Cierto que hay un mundo de factores estresantes actualmente pero nos conviene aprender a dar respuestas adecuadas a los estímulos del entorno en que vivimos.
Pareciera que cada vez es más frecuente encontrarse con personas angustiadas por la pérdida laboral, el bulling, una baja financiera, una amenaza de muerte, una violación, o cualquiera otra situación desestabilizadoras del equilibrio personal.
Cristo Jesús vivió situaciones extremadamente estresantes sin la más mínima alteración ni pérdida de su equilibrio. Conocer su inteligencia emocional y filosofía de la vida ayuda a cualquier viajero de esta vida a vivir plenamente.
En el área de la salud, violamos los mandamientos de Dios y cosechamos los resultados en nuestro cuerpo. Dios en la Biblia nos enseña cómo manejar nuestras emociones, vivir en paz y manejar nuestro cuerpo físico.
No sé cómo hemos creado un concepto místico de la fe relacionado con la sanidad que dice que si hago algo por atender mi salud no estoy creyendo las promesas de Dios. Es un concepto que ignora las Sagradas Escrituras en cuanto al cuidado del cuerpo. El que descuida su cuerpo y se enferma luego le ruega a Dios que lo cure y si no sucede, culpa y desconfía de Dios. ¡Qué tragedia la ignorancia!
Tenemos un cuerpo físico diseñado para vivir en un mundo físico y recibimos un manual (Biblia) sobre cómo evitar enfermedades y disfrutar de una vida saludable. Y cuando hay situaciones en nuestros cuerpos fuera de nuestro control, tenemos la fe y las promesas de sanidad.
Por ejemplo, la Biblia manda a descansar un día a la semana. La agitación de nuestra sociedad desafía esto. Muchas enfermedades son a menudo el resultado del sobreesfuerzo durante mucho tiempo.
Soy de la convicción de que nuestros cuerpos están diseñados para curarse a sí mismos, pero tenemos que proporcionar el entorno adecuado para que suceda. Hay muchas cosas que necesitamos para mantenernos saludables y una de ellas es descansar. Tener un día de reposo no es un día de observancia “religiosa” sino para descansar porque confías en Dios tu Creador quien así lo mandó y sigues su mandamiento en forma preventiva en vez de esperar a descansar cuando le venga una crisis por enfermedad.
También la Biblia nos da instrucciones dietéticas. Los alimentos inmundos de la Biblia son precisamente alimentos que transmiten enfermedades. Los efectos negativos de los alimentos inmundos son mucho más que los de los parásitos, bacterias y virus.
Actualmente ya sabemos que el cuerpo funciona mayormente con energía electromagnética. Esto quiere decir que es importantísimo que haya continuidad en la comunicación celular, en un sistema nervioso sano y en la coordinación y función de todos nuestros órganos.
La Biblia proporciona una lista de qué no comer y qué comer. Por ejemplo, si lo que deseas comer está en el agua debe tener escamas y aletas para ser considerado limpio. Si está en la tierra debe tener pezuña hendida y rumiar para que se considere limpio. ¡Por favor no haga de esto una cuestión legalista ni super-espiritual! ¡Se trata de confiar en Dios y en lo que Él ha indicado!
La mayoría de la gente que sufre dolores en algún lugar del cuerpo casi siempre presentan inflamación. La inflamación es el resultado de electrones positivos en el cuerpo. Cuando entramos en contacto con la Tierra, en realidad nos anclamos a tierra (aterramiento eléctrico) y cuando los iones negativos de la Tierra entran en nuestro cuerpo, atraen los electrones positivos y los sacan de nuestro cuerpo. Al eliminar la inflamación se pueden eliminar muchas enfermedades que amenazan nuestras vidas. ¡Camine o haga ejercicio descalzo al aire libre durante unos treinta minutos al día y en pocos meses se sorprenderá de cómo disminuirá su dolor!
Los hijos de Israel caminaban diariamente, ¡hacían mucho ejercicio! Llevaban sandalias con suelas de cuero naturales y por eso siempre estaban en contacto con la tierra. Además, cuando dormían estaban en contacto con la tierra (aterramiento eléctrico), sentían el pulso electromagnético de la Tierra. Comían alimentos limpios, bebían agua limpia y aprendían sabiduría de Dios en cuanto a la salud.
De hecho cuando entraron a la Tierra Prometida, no había ningún enfermo entre ellos.
Te invito a compartir cada domingo en Templo Nueva Vida.
Si tienes preguntas, yo también 🙂
https://n.neurology.org/content/66/1_suppl_1/S102.short
https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/209083
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