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Vivimos en una época de distracción incomparable. Nuestras atención se desvía constantemente, por mensajes, texto, por imágenes, por videos, pins, pop ups, descargas. Nunca antes los ojos, los oídos, la boca y las manos de la humanidad habían estado tan ocupados como ahora y me pregunto si tanta ocupación ha producido mayor calidad de vida. Mi esposa me hacía reflexionar hasta qué punto las cosas que importan, que realmente importan, a menudo se dejan de lado. Dios, la familia y los amigos, parecen sufrir.
Te invitamos a unirte a la lectura de la Biblia de lunes a viernes 8.45am y 9.45pm por Google Meet. Recomendamos la aplicación: Lectura Pública de la Biblia
Jesús enseñó una parábola acerca de cómo debemos dirigir nuestra atención, y dijo que debe estar centrada hacia un tesoro, una perla de gran precio. Ese tesoro es el reino de los cielos.
Es tan importante, tan magnífico en su valor que aquellos que realmente lo encuentran están dispuestos a renunciar a todo lo demás para entregarse a él.
Al leer las Escrituras centrémonos en este tesoro y prestemos la debida atención. Nos ayudará a convertirnos en seres espiritualmente vivos y marcados por un carácter fiel, dejando un legado espiritual para los que nos siguen.
Oremos juntos:
Padre estos días son un asalto a nuestros sentidos y atención. A menudo nos sentimos abrumados por cada pequeña cosa que compite por nuestra atención. Sin embargo, sabemos quién debería ser nuestro enfoque principal: Aquel que verdaderamente merece nuestros corazones. Nuestro Salvador debe ser y debe ser nuestra mayor atracción. Esta es una sabiduría incomparable que el mundo no comprende, pero que los antiguos profetas anhelaban.
Padre Santo, ayúdanos a estar enfocados en Tu reino, en Cristo Tu Palabra, el las Sagradas Escrituras y la comunión. Ayúdanos a ver tu majestad y el mundo como tú lo ves. Nuestro Señor y Salvador Jesús, después de 40 días de ayuno tuvo hambre y fue tan tentado por la necesidad física, luego tentado por la riqueza, y el poder político, y allí te brindó la atención y enfoque que Tú, oh Padre, mereces.
Padre nuestro que estás en los cielos, santo e incomparable es tu nombre. Ayúdanos a ser fieles administradores de esta situación sin precedentes. En el nombre de tu santo Hijo Jesus. Amén.
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