El bautismo en el Espíritu Santo

poder

El Espíritu Santo habita dentro de cada creyente desde el acto divino de la regeneración (Tit 3.5) provocando una transformación interna de la naturaleza humana de la cual profetizó Ez 36.25-27. En la regeneración la persona es transformada en una nueva criatura (2 Co 5.17) y se cumple la profecía del sacerdote Ezequiel acerca de la obra interna silenciosa del Espíritu Santo dentro del creyente. Pero la profecía de Ezequiel 36.26,27 no es la profecía de Joel 2.28-29 acerca de las manifestaciones externas del derramamiento del Espíritu Santo. Los resultados de la actividad del Espíritu Santo predichos por Joel son exteriores y diferentes al compararlo a los de Ezequiel, que son interiores.

La idea de que como ya he creído no necesito ser bautizado en el Espíritu Santo es una idea noble, pero no tiene poder práctico para la vida. Si había alguien convertido eran los discípulos de Cristo, quienes caminaron con el maestro, lo vieron muerto, resucitado y ascendiendo en gloria. No hay duda de que estaban convertidos, sin embargo, Jesús les da la orden de esperar, “les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperaran el cumplimiento de la promesa del Padre, “de la cual me oyeron hablar; porque Juan, a la verdad, bautizó en agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo después de no muchos días”. Hch 1.4,5. A estos creyentes nuestro Señor les dice que “recibirán poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.” Hch 1.8.

Si ellos que andaban con él necesitaron el poder para testificar y llevar el mensaje, ¡cuánto más nosotros en el día de hoy más de 2 mil años después!
¿Por qué el cristiano de hoy anda temeroso de llevar el mensaje? Porque le falta el poder.
¿Por qué hay tantos débiles en la fe? Porque su experiencia es más mental que la real del poder transformador del Espíritu Santo.
¿Qué necesitamos como iglesia? Ser investidos del poder de Dios, llenos del Espíritu Santo.

Jesús fue concebido por el Espíritu Santo (Lc 1.35), lleno del Espíritu Santo (Lc 4.1) y fue necesario que el Espíritu Santo descendiera sobre él, porque “aconteció que, en el tiempo en que todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado. Y mientras oraba, el cielo fue abierto y el Espíritu Santo descendió sobre él.” (Lc 3.21,22)
Si Jesús necesitó la experiencia del Espíritu Santo sobre él, como los apóstoles, los samaritanos, la casa de Cornelio, los Efesios, ¿cómo se nos ocurre pensar que nosotros hoy no necesitamos lo mismo para cumplir la misión divina?

El libro de Hechos contiene más de 70 referencias al Espíritu Santo con frases como “bautizados en el Espíritu Santo”, “el Espíritu viniendo, descendiendo, cayendo sobre”, “recibir el Espíritu Santo”, “llenos del Espíritu Santo”.

La gran variedad de términos indica que ningún término transmite completamente todo lo que abarca esta experiencia. Los escritores bíblicos usan los términos para ayudar a los lectores a comprender mejor el significado de la experiencia en el Espíritu Santo.

Oremos: Padre Santo, lléname del Espíritu Santo, bautízame en tu fuego divino, la gloria de tu poder, el regalo prometido y asegurado por nuestro Señor Jesús. Amén.
Haz este tu anhelo diario hasta ser investido con el poder de Dios.

Los grandes hombres de Dios en el Antiguo Testamento igualmente fueron llenados del Espíritu de Dios para cumplir la misión divina. Si deseas conocer más cómo eran llenos haz click aquí.


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.