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Pueden pedir una hoja con todos los motivos de ayuno y oración congregacionales, e incluir los suyos personales también, si desea hacerlos públicos comuníquese con los pastores para incluirlos en la lista.
Durante el ayuno nos estaremos comunicando por teléfono para orar, en horarios que cada uno determine. Oraremos por los motivos de ayuno y unos por otros.
Buscamos la manifestación del Reino de Dios en la tierra: justicia, paz y gozo por medio del Espíritu Santo. Esperamos arrepentimiento genuino seguido por predicación del evangelio de nuestro Señor Jesucristo, el derramamiento del Espíritu Santo con milagros, repartimientos del Espíritu, sanidades, profecía. Lo sobrenatural se hace natural.
El ayuno se comenzará cada mañana y se beberá agua todo el día hasta la cena donde se comerá verduras, semillas, granos, jugos naturales y nos abstendremos de comer carnes, derivados de carnes, lacteos y sus derivados, alimentos preservados, café, y a continuación leerán más detalles y recetas para las comidas durante este tiempo.
La guía bíblica se encuentra en Daniel 10.2-3 (RVA): “En aquellos días yo, Daniel, estaba de duelo durante tres semanas. No comí manjares delicados, ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ungí con aceite, hasta que se cumplieron tres semanas.”Daniel en su aflicción por el pueblo santo decidió no comer manjar delicado (pleasant bread in KJV), ni carne, ni vino, ni se untó perfumes. Hizo esto no para mejorar su temperamento ni a manera de autodisciplina sino para implorar al Todopoderoso con ruegos y súplicas por Su pueblo.
Daniel estaba ocupado de Dios, no de sí mismo.
El propósito es concentrarse en Dios, no entretenerse ni preocuparse con recetas caras o difíciles.
No ayune con condenación en su corazón, esté convencido que agrada a Dios en lo que hace.
Si tiene alguna pregunta, por favor, comuníquese con los pastores o la hermana Julita.
¡No permita distracciones, ponga sus ojos en Jesús!
Cuando esté ayunando, preste especial atención a cada momento mientras ayuna.
Es posible que tenga tiempo extra (el que usaba para comer), le puede parecer que hay poco que hacer y mucho menos fuerza para hacerlo.
En los primeros días el cuerpo reacciona a la desintoxicación de hábitos alimenticios a los que estaba adicto, frecuentemente el café es uno de ellos. La reacción es variada desde nauseas, debilidad, dolores de cabeza, etc. A pesar de esto, haga un esfuerzo para permanecer en el proceso del ayuno.
Observe cuando sus pensamientos y sus ojos se vuelven hacia la comida y pregúntese ¿qué sentimientos tengo cuando no puedo comer? ¿Habrá algún sentimiento que normalmente aplaco con comida? ¿Qué emociones fuertes trato de callar con comida? Note lo que le sucede a usted y a su cuerpo cuando conscientemente usted decide no comer.
Libere su alma de todas las emociones “tóxicas” que lleva cargando y alimentando.
Si lo hace consistentemente, al cabo de los días ya todo parecerá “hablarle”, se sentirá muy alerta. Comenzará a sentirse más fuerte, energético, vivo, he aquí donde su ardiente deseo de consagrarse para Dios comienza a ser más claro para usted.
Es muy importante que diariamente descanse lo necesario o haga su siesta si le es posible.
“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dijo el SEÑOR de los ejércitos.” Zac 4.6
Cada vez que sienta hambre durante el día aliméntese leyendo las Sagradas Escrituras, podrá experimentar que “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Mt 4.4, porque cuando el pueblo de Dios tiene un encuentro verdadero con Dios, se desata un apetito insaciable por comunicarse constante con Él. El hambre física nos hace recordar constantemente nuestra necesidad de vivir en comunión consciente con Dios.
Hch 13:1,2 nos habla del investimiento de poder continuo en la iglesia de Antioquía.
“Mientras ellos ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo:
– Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. – Entonces,
habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.”
La palabra “ministraban al Señor” significa servían al Señor, la adoración es un servicio al Dios Santo.
Para oír a Dios, nada es más sano que comenzar con arrepentimiento (cambio de opinión), oración y ayuno.
Sólo Dios puede mover Su iglesia. La iglesia es de Cristo, no es del pastor, ni de ningún diácono.
Si usted intenta hacer la obra del Espíritu Santo, llegará el momento en que se sentirá frustrado, desilusionado y abandonará la iglesia.
Lleve un diario de las palabras de Dios que impactan su vida y medite en ellas.
Será emocionante, entonces cuando quiera gritar su testimonio, sólo asegúrese que la presencia de Dios grita más alto que sus palabras.
Cuando haya terminado con el período de 21 días de ayuno y desee reanudar su dieta común diaria, es muy importante hacerlo a conciencia. Asegúrese de que los alimentos que comienze a comer, alimentos espirituales, emocionales y físicos, sean nutritivos y los asimile despacio para que pueda acostumbrarse a ellos una vez más.
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