Técnicamente, el cuerpo no entra en un “ayuno” hasta despues de 8 horas de su última comida. Después de este período el cuerpo comienza a quemar grasa, que ayuda a reducir los niveles de colesterol y el riesgo de diabetes. Cuando bajan los niveles de azúcar en sangre la persona siente debilidad y letargo. Quien ayune puede experimentar dolor de cabeza, mareos, náuseas, mal aliento, etc. Es un grito de hambre.
A medida que el cuerpo se adapta al ayuno, las grasas se descomponen y se convierten en azúcar en la sangre. Debe beber abundante agua durante el día porque la sudoración puede provocar deshidratación.
En el ayuno parcial coma alimentos ligeros, naturales, sanos. Demasiadas calorías puede evitar que el cuerpo realice adecuadamente la tarea de repararse a sí mismo. Después de 8 a 15 días de ayuno parcial notará gran mejoría en su estado de ánimo.
Así que el ayuno ayuda al cuerpo a facilitar la curación y a combatir las infecciones.
Hay ayuno total de agua que puede hacerse por 3 días o una semana. Hágalo bajo dirección del Señor. Si padece alguna condición médica consulte a su doctor antes de hacerlo. En Templo Nueva Vida hacemos ayuno parcial congregacional por 21 días.
En el ayuno parcial se ingiere una porción de alimento a la caída del sol cada día de ayuno. ¿Qúe alimentos comer durante el ayuno parcial? Puede encontrarlos aquí.
Después de los 15 días el colon, el hígado, el riñón y la piel comienzan su período de desintoxicación. La función de muchos órganos vuelve a su capacidad máxima. Aumenta la memoria y la concentración y sentirá que tiene más energía.
¿Cómo puede ocurrir todo esto?
Resulta que fuimos diseñados para ayunar y el cuerpo sabe cómo hacerlo muy bien y cómo beneficiarse de esto. El ayuno permite que el cuerpo descanse, se desintoxique y sane. Durante el tiempo de ayuno nuestros cuerpos pasan por el mismo tipo de ciclo de desintoxicación que durante el sueño. Utiliza su energía durante el ayuno, no para digerir los alimentos, sino para limpiar el cuerpo de las toxinas acumuladas y curar cualquier parte que esté enferma. A medida que el ayuno progresa, el cuerpo consume todo lo que pueda que no sea esencial para el funcionamiento corporal. Esto incluye bacterias, virus, tumores, fibroides, productos de desecho en sangre, acumulaciones alrededor de las articulaciones y la grasa almacenada. Sí, usted baja de peso 🙂
El resultado físiológico del ayuno es que el cuerpo elimina la acumulación de toxinas. Aunque el ayuno es muy eficaz en la estabilización (curación) emocional, es reconocido desde hace milenios como una de las formas más poderosas de curación del cuerpo.
Nos referimos al ayuno de agua. El ayuno de agua inicia cambios fuertes hacia la ketosis.
El ayuno inicia un proceso natural de desintoxicación del cuerpo.
Somos históricamente únicos en el sentido de que la mayoría de nosotros hemos sido bañados constantemente de productos químicos sintéticos. Esto es una situación propia del mundo moderno. Nuestros cuerpos tienen que encontrar alguna manera de desintoxicarse no solo las toxinas que acumulamos mediante los alimentos ingeridos sino también de los químicos sintéticos externos como perfumes, shampoos, jabones, etc.
En general, el ayuno ayuda a regenerar cualquier tejido dañado.
Hay cuatro fuentes principales de toxinas a las que generalmente estamos expuestos:
(1) la contaminación del aire que inhalamos o absorbemos a través de la piel,
(2) preservantes químicos ingeridos a través de los alimentos,
(3) productos farmacéuticos,
(4) toxinas propias de bacterias y virus, incluidas las que normalmente se encuentran en nuestro tracto intestinal.
La contaminación del aire puede ser de pintura, de gasolina que inhalamos cuando llenamos el tanques del carro, de los motores de combustión interna, de tubos de escape de automóviles, de perfumes sintéticos, desodorantes y lacas para el cabello. Algunos de ellos, como la gasolina, diluyentes de pintura, perfumes y desodorantes, también se absorben a través de la piel.
Los contaminantes que se encuentran en nuestros alimentos incluyen fertilizantes sintéticos, pesticidas, hormonas de crecimiento, etc., que se rocían, inyectan o alimentan a los vegetales y animales.
Los productos farmacéuticos son la fuente de toxinas más desapercibida y común que las personas ingieren, a veces diariamente durante muchos años. Estas sustancias no son naturales para el cuerpo. Es decir, el cuerpo no reconoce suyas estas estructuras químicas y no tiene experiencia en cómo lidiar con ellas.
Las bacterias y virus que combatimos cada día son otra fuente de toxinas. Normalmente el cuerpo los combate eficientemente. Pero cuando enfermamos, estos organismos pueden liberar toxinas dentro de nuestros sistemas. Con frecuencia, estas toxinas son la razón por la que nos sentimos enfermos.
Por ejemplo, la bacteria de la peste bubónica, en realidad, no causa la enfermedad en sí misma; más bien, la enfermedad proviene de las toxinas que libera en el cuerpo a medida que muere la bacteria. Por eso si se eliminan todas las bacterias de la peste bubónica en el cuerpo con antibióticos a veces conlleva a la muerte si hay demasiadas.
Otra fuente más común de toxinas bacterianas son las bacterias beneficiosas que habitan en nuestros intestinos. Ellas producen una gran cantidad de químicos durante sus propios ciclos de vida, y todos estos se liberan en nuestros intestinos. Algunos de estos químicos son esenciales para la salud (como la vitamina B12), de hecho, si las bacterias que viven en nuestros intestinos se eliminaran, no podríamos sobrevivir. Algunos de los químicos que liberan pueden tener efectos secundarios tóxicos si nuestros cuerpos no están funcionando bien.
El ayuno permite al cuerpo hacer reajustes con las sustancias que ha tiene dentro de sí mismo o ha acumulado a lo largo de los años por el ambiente en el que se encuentra. El ayuno profundo pone al cuerpo en un estado que normalmente solo se experimenta durante el sueño, donde el hígado y otros sistemas de desintoxicación pueden enfocarse exclusivamente en la desintoxicación, reparación y regeneración.
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