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La Biblia habla del fruto del Espíritu y de las obras de la carne. El fruto del Espíritu es lo que crece en su vida al mantenerse creyendo en Cristo, al creer que usted ya ha sido justificado a través del sacrificio de Cristo. Las obras de la carne son las cosas que usted hace cuando no cree que Dios le considera justo en Cristo Jesús y piensa que tiene que trabajar para pagar la deuda de su pecado.
Hacer lo mejor que pudo no le ayudó antes de ser salvo. Yo sé lo mejor que puedo hacer, y no es mucho. Muchos cristianos todavía tienen problemas con el pecado, porque todavía están tratando de hacer lo mejor que pueden en lugar de confiar en Dios para sea Él quien obre en sus vidas. El intento de hacerse justos por la habilidad propia es llamado en la Biblia: obras de la carne u obras muertas.
La Biblia dice en Ga 4.29 que Abraham tuvo 2 hijos, un hijo según la carne y el otro según el Espíritu, ¿acaso no tuvo relaciones sexuales para engendrar ambos hijos? ¿O es que el del Espíritu le nació por obra y gracia sin contacto sexual? No es así, sino que ambos fueron resultado de relaciones sexuales naturales, conforme al orden divino para la raza humana. Entonces ¿qué significa que uno le nació según la carne y otro según el Espíritu? Significa que uno (Ismael) fue el resultado de Abraham en sus propias fuerzas, según su propio criterio y el otro (Isaac) fue el resultado de creer la promesa de Dios. En ambos casos Abraham tuvo relaciones con una mujer, en un caso con una que no era su esposa, Agar, pensando que era la vía de Dios porque su esposa legítima no le daba hijos; en el otro caso, Abraham se persuadió de que la promesa entregada era firme y verdadera porque venía del Todopoderoso. En la carne luchó, en el Espíritu se rindió, en la carne trabajó, en el Espíritu descansó.
En ambos casos hubo acción, en ninguno hubo pasividad, es la actitud del corazón lo que hace la diferencia, un corazón donde gobierna, reina y domina la paz (Col 3.15).
La gracia no es el evangelio; sino un componente del evangelio. Sin la gracia de Dios nos quedamos bajo la ley y comenzamos a depender de nuestra carne, nuestras propias fuerzas y propias opiniones.
No importa cuánto nos esforcemos sin verdadera fe en el corazón, al final es una obra de la carne y en cualquier momento se manifestarán sus frutos: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas, según Ga 5.19-21.
La gracia nos da el poder de hacer lo que nunca podríamos lograr en la carne: el vivir una vida santa (Romanos 8).
La primera obra de la carne citada en Ga 5.19 es traducida en RVR60 como adulterio, la palabra griega es πορνεία (porneia) que significa fornicación, inmoralidad sexual, pecado sexual de cualquier tipo, incluyendo los siguientes comportamientos: Mt 5:32; 15:19; 19:9; Mr 7:21; Jn 8:41; Hech 15:20; 1 Co 6:18; 7:2; 2 Co 12:21; Gal 5:19; Ef 5:3; 1 Tes 4:3.
Inmoralidad sexual traduce mejor el original, ¿qué significa en la Biblia inmoralidad sexual?
Significa tener relaciones sexuales con otra persona sin estar casados, sea para sobornos, favores, u otros tipos de pago (Gn 38.24); prostituirse (Lv 19.29); ser infiel a una persona o a los principios, no ser confiable en el comportamiento (Os 4.12); ser infiel (Ex 34:16; 2 Cr 21:11,13; Os 4:10, 18, 18; 5:3+)
El vocablo español “pornografía” viene de esta palabra griega.
Huid de la inmoralidad sexual: 1 Cor 6.18; Jd 7; 1 Tes 4.3.
Otras referencias a πορνεία en el Nuevo Testamento:
1 Cor 7:2; Mt 15:19; Mr 7:21; Hech 21:25; 1 Co 6:18; Col 3:5; Mt 19:9; 1 Co 6:13; 2 Co 12:21; Ap 19:2; Mt 5:32; Jn 8:41; Hech 15:20; 15:29; 1 Tes 4:3; Ap 2:21; 9:21; 14:8; 17:2,4; 18:3; 1 Co 5:1; Ga 5:19; Ef 5:3
Cultivar la excitación sexual con alguien que no es su conyugue es una corrupción del regalo que Dios ha dado al ser humano: la sexualidad. La pornografía es pecado y la fornicación es pecado. Ambos revelan un corazón en rebeldía contra Dios, uno que menosprecia a Dios y las cosas de Dios.
Ningún pecado es capaz de producir una satisfacción duradera.
El sexo prematrimonial es un pecado peor que la pornografía.
Pablo trata el pecado de sexo fuera del matrimonio como uno sumamente malo, 1 Corintios 6:18 “¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo como este, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo.”
Hay algo único acerca de este pecado. El orignal dice: “δὲ πορνεύων εἰς τὸ ἴδιον σῶμα ἁμαρτάνει” literalmente “a través de la inmoralidad sexual mete pecado dentro de su propio cuerpo”. En este pasaje Pablo dice que las relaciones sexuales con una prostituta es hacerse los dos una sola carne. Así que parece que el pecado contra el propio cuerpo es tomar a una persona y unirla pecaminosamente con el cuerpo de uno, lo cual está totalmente prohibido. Es una forma de pecado únicamente perjudicial. Hay algo que ocurre cuando tienen sexo dos personas no casadas, el pecado entra al cuerpo de una manera en que otros pecados no pueden hacerlo. En el pecado de fornicación hay por una parte la violación de la mujer y por otra la violación del propio.
Cuidado con minimizar el poder destructivo del pecado. No busquemos cuál pecado es menor o mayor. Busquemos la máxima santidad y pureza. No se pregunte: ¿Qué pecado es peor? Sino ¿Qué niveles nuevos de santidad puedo alcanzar? Escuche la instrucción: “Pero tú, Timoteo, eres un hombre de Dios; así que huye de todas esas maldades. Persigue la justicia y la vida sujeta a Dios, junto con la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.” (1 Tim 6:11)
No todo deseo sexual es lujuria. Dios nos hizo con seres sexuales. Pero la lujuria es un deseo sexual que deshonra a su objeto y no tiene en cuenta a Dios, ni tiene en cuenta las promesas y las advertencias de Dios ni tiene en cuenta la belleza de Cristo. El deseo morboso en la mente de un hombre o mujer que mira una pantalla o anda en la calle no trata al ser humano como una persona sagrada, preciosa, eterna, hecha a imagen de Dios y cuyo destino eterno es siempre de suma importancia. La única forma de que este tipo de deshonra se lleve a cabo, y prevalezca en una persona es cuando no tiene presente a Dios ni le importa.
La mayoría de la gente que se entrega a la lujuria, en la pornografía o fornicación o adulterio no están precisamente controladas por su deseo sexual. En realidad, están controladas por lo que creen, están controladas por lo que creen que va a pasar si actúan siguiendo esos deseos. Eso es lo que los controla. Lo que creen, no el deseo sexual. El deseo sexual es la excusa.
2 Co 10.4,5 “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”
Lo que tenemos que derribar son los argumentos que pensamos son propios, los pensamientos y las creencias que nos mienten a pecar.
Nada lo dicho anteriormente es exclusivamente cristiano, simplemente es la forma en que los seres humanos fueron diseñados. El autocontrol era una virtud estoica antes de que fuera un fruto cristiano. Y no hay nada exclusivamente cristiano en el dominio propio. Pablo enumera el dominio propio de último en la lista del fruto del Espíritu (Ga 5:23).
El Espíritu produce dominio propio en el creyente, el control propio es un trabajo del Espíritu, diferente al de los griegos estoicos. Como dice en Filipenses 2.12,13 “ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” Controle sus deseos porque el Espíritu es quien produce este dominio a través de usted. Filipenses 2:12 pareciera ser la aplicación del fruto del Espíritu Santo.La sangre de Cristo, la sangre del nuevo pacto asegura de que los cristianos de la acción del Espíritu Santo. Ese es el significado de la nueva alianza, haré que andéis en mis estatutos. Murió para que esto suceda. Ese es el nuevo pacto. Esta es la sangre de la alianza. Y trabaja y actuamos. Su trabajo aparece en nuestra actuación. Se crea el milagro. Actuamos el milagro de autocontrol.
¿Por qué hace falta el Espíritu Santo si otras religiones pueden producir el dominio propio? El Espíritu Santo no produce lo mismo que los estoicos. No contratamos a Dios para producir las mismas cosas que el mundo puede producir. Los estoicos no dependían ni vivían para la gloria de Cristo. El Espíritu Santo es dado porque Cristo murió para comprarnos y glorificarse en nosotros. La sangre de Cristo fue el precio de nuestra dominio propio y la manifestar a Cristo es la misión del Espíritu Santo (Jn 16.14). La sangre de Cristo es revelada por la presencia del Espíritu de Cristo.
El dominio propio que produce el Espíritu Santo en el creyente no es el mismo dominio propio que se practica el mundo. En el mundo es para sentirse satisfechos, en nosotros los cristianos, es para revelar la belleza de Cristo a nuestras almas, y esto es sumamente glorioso.
Bibliografía usada:
Nestle Alland. Greek New Testament. 27th Edition.
Dictionary of Biblical Languages With Semantic Domains: Greek New Testament
Léxico Griego-Español del Nuevo Testamento
Louw-Nida Greek-English Lexicon.
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