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Durante un servicio de adoración, una mujer le ministró en voz baja a Jessica (nombre cambiado a petición): Tengo una palabra del Señor para ti. Serás como la profetisa Ana de Lucas 2. Te quedarás viuda después de siete años y pasarás el resto de tu vida ministrando fielmente a Jesús.”
Si esa mujer entrometida tuviera razón, yo estaría muerto en siete años dijo el esposo. Luego siguió diciendo: “en el 7mo aniversario me quedé despierto hasta la medianoche solo para asegurarme de que la voz que habíamos escuchando no era la de Dios.
¿Cómo saber si Dios es el que habla?
Dedicamos todo un martes de discipulado respondiendo a esta pregunta.
¿Alguna vez te has preguntado por qué hay tan pocos profetas en la Biblia?
Dios le preguntó a Oseas: ¿Quieres oír mi voz?
Me encantaría ser tu profeta, dijo Oseas.
Entonces, cásate con una prostituta.
Dios le preguntó a Jeremías: ¿Quieres oír mi voz?
Jeremías respondió: Soy demasiado joven para ser profeta; pero me encantaría oír tu voz.
Entonces Dios le habló a Jeremías. Pero el precio de escuchar el mensaje de Dios fue demasiado alto. Su propia gente lo maldijo, se burló de él, lo arrojó a la cárcel, vivió en alcantarillados y cuando salió lo encadenaron. Lo arrojaron a cisternas y lo golpearon hasta que perdió el sentido. Lo humillaron, lo ridiculizaron en público. Lo peor de todo fue que la gente nunca creyó ni una sola palabra de lo que Jeremías dijo.
Un día Dios le dijo a Isaías: “Quítate la ropa”.
“¿Por qué?”
“No me preguntes por qué. Solo quítatela”.
“Bueno, ¿por cuánto tiempo?”
“Hasta que te diga que te la pongas de nuevo”.
Entonces Isaías se quitó la ropa. ¿Te imaginas la escena mientras caminaba desnudo por las calles de Jerusalén?
La gente se burlaba y le decía “¿dónde está tu ropa?”
“Me la quité”.
“¿Por qué?”
¿Te imaginas las miradas cuando Isaías dijo: “Bueno, escuché esa voz que me dijo…”
Finalmente, tres años después, Dios habló: “Isaías, ponte la ropa y declara esta palabra mía: “Como yo te desnudé las nalgas, desnudaré las nalgas de Egipto y dejaré que los asirios las azoten”.
¿Te imaginas que verguenza andar durante tres años con el trasero al aire y el mensaje ni siquiera era para Israel?
Isaías 20
¿Quieres oír la voz de Dios?
Escuchar a Dios hablar tiene un precio muy alto.
Dios habla de diferentes maneras según lo registra la Biblia. Dios ciertamente habla a su pueblo. Si tenemos oídos para escuchar, con seguridad escucharemos lo que Él tiene que decir.
Dios habla a través de:
Sus palabras en las Sagradas Escrituras (Salmos 119:105)
Jesucristo (Hebreos 1:1-3)
Pruebas (Jueces 6:36-38)
La sabiduría (Proverbios 8:32-34)
Niños a la hora de dormir (1 Samuel 3:8-9)
La Creación (Romanos 1:20).
Predicadores y profetas por inspiración(Hechos 11:27-28)
Burros (Números 22:30)
El ángel del Señor (Éxodo 3:1-4)
Ángeles (Lucas 1:26-28)
El ángel del Señor (Génesis 22:10-11)
La gloria de Dios (Éxodo 33:18-19)
Espíritu Santo (Hechos 16:6-8)
Razones (Isaías 1:18)
Sueños y visiones (Joel 2:28)
Directamente al corazón entregado (Jeremías 29: 12-13)
1 Samuel 9:9
En esos días, si la gente quería recibir un mensaje de Dios, decía: «Vamos a preguntarle al vidente», porque los profetas solían ser llamados «videntes».
Un vidente era antes lo mismo que un profeta. Vidente es “el que ve”.
Todas estas habilidades se pueden desarrollar si se quiere y Dios permite.
Hay videntes, hay profetas de oficio y hay reveladores, ninguno de ellos son adivinos.
La adivinación o el uso de instrumentos para adivinación está estrictamente prohibido por Yahweh Dios a su pueblo.
¿Cómo discernir la voz de Dios?
La voz de Dios produce libertad, no produce esclavitud (Mateo 11:28-30).
Podemos escuchar a Dios cuando lo buscamos intensamente (Jeremías 29:12-13).
Cuando Dios habla, hay una sensación definida de que todo está bajo control. Cuando no es Dios la sensación es de que algo está fuera de control (Salmo 37:4).
Dios da instrucciones claras y específicas. Otros mensajes son confusos e inciertos.
Dios condena por pecados específicos. Otras voces acusan usando generalizaciones que dejan un sentido persistente de culpa y desenfoque (Juan 16:8).
Dios habla con un 100% de verdad que puede ser probado por la Palabra de Dios. Otros mensajes usan mentiras, engaños y medias verdades (Juan 14:6).
La voz de Dios siempre conduce a una profunda y duradera sensación de paz. Otras voces no (Filipenses 4:7).
La voz de Dios es comprobable y confirmada por la sabiduría de muchos consejeros (Proverbios 11:14; Deuteronomio 19:15; Mateo 18:16).
En conclusión: no se trata de si Dios nos habla sino de si tenemos oídos para oír.
El agua llena el cántaro cuando el recipiente está listo.
Conocimiento, sabiduría y entendimiento.
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