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Ayer concluimos varias semanas de estudio acerca de los ángeles. Les comparto algunos puntos a modo de conclusión.
La presuposición de que Cristo antes de su encarnación era un ángel es falsa. Cristo nunca ha sido un ángel ni es el ángel del Señor porque:
“¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Hijo mío eres tú;
yo te he engendrado hoy”.
Heb 1.5
¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Hijo mío eres tú?
A ninguno.
Leamos Ap 1.1-2
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y que dio a conocer enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, quien ha dado testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, de todo lo que ha visto.”
Según Jn 1.1, la Palabra o Verbo es cocreador, es el medio por el cual Dios Padre crea. La Palabra (LOGOS) se encarnó, su nombre es Jesús. No es lo mismo ser un ángel que significa mensajero que porta la Palabra o mensaje de Dios a ser la Palabra misma, agente creador y sostenedor de la creación y de los ángeles mismos.
En Ap 1.1 hay 3 personajes involucrados en la transmisión de la revelación de apocalipsis:
1. Jesucristo – “La revelación de Jesucristo”.
2. Dios Padre – “que Dios le dio (a Jesús).
3. Su ángel – “por medio de su ángel”.
Juan es el receptor de la revelación.
El ángel es el medio por el cual Juan recibió el mensaje directo, otros ángeles fueron enviados para entregar mensajes a las iglesias de Apocalipsis y otros lugares (Ap 2.1, 8, 12, 18; 3.1, 7, 14; 22.16). Sí, TNV también tiene un ángel.
Siempre es importante tener en cuenta cuando lea Apocalipsis QUIÉN es la persona que está hablando y QUÉ es lo que ve Juan. Si tiene en mente estos dos elementos va a entender más fácilmente.
Lo que Juan vio y oyó fue la revelación de Jesucristo dada por Dios el Padre. El ángel ayudó:
1. Llevando la revelación a Juan.
2. Explicando lo que Juan vio y oyó (hay conversación continua entre Juan y el ángel).
3. Respondiendo preguntas que Juan hacía directamente.
Ap 22.6-9
Me dijo además (el ángel): “Estas palabras son fieles y verdaderas. El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que tienen que suceder pronto.
¡He aquí vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”.
Yo, Juan, soy el que he oído y visto estas cosas. Cuando las oí y las vi, me postré para adorar ante los pies del ángel que me las mostraba.
Y él me dijo: “¡Mira, no lo hagas! Pues yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. ¡Adora a Dios!”.
En Ap 1.1, Juan escribe y describe el proceso de transmisión del mensaje del ángel. En Ap 22.6 el ángel está hablando y Juan está escribiendo sus palabras. El ángel está citando a textualmente a Jesucristo.
“¡He aquí vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”.
Si Jesús fuera el ángel, a Juan no se le habría negado rendirle adoración. El ángel no era digno de adoración y corrigió a Juan. Finalmente, Ap 22.16 muestra la distinción clara entre Jesucristo y el ángel: son personalidades diferentes.
“Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles a ustedes testimonio de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”. Ap 22.16.
Nunca adore a los ángeles, no rinda culto a ellos.
Los ángeles santos no aceptan culto.
Los ángeles caídos reciben culto y adoración de los humanos.
1 Tes 4.16
“Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero.”
¿No dice este pasaje que el Señor Jesús es como un arcángel? No, no dice eso, lea otra vez.
El Señor es descrito clamando con voz de arcángel. El texto no dice que Él es un arcángel. Si Jesús es un arcángel en este pasaje, entonces debe ser también trompeta por el contexto de este versículo: “con voz de arcángel y con trompeta de Dios”.
Existen dentro de la categoría común conocida como “ángeles” varias criaturas, con amplios poderes delegados por la divinidad. Estas poderosas criaturas espirituales ocupan tronos y gobiernan dominios. Necesitamos estar conscientes de cómo Dios usa estos poderes angelicales y cómo se relacionan con nosotros los humanos en el ámbito espiritual y el rango que Dios nos ha concedido por Su gracia.
La función principal de los ángeles (Heb 1.14) es la de servir sea servicio público o en casa como las amas de casa.
Para resumir esta parte, nosotros somos los “hijos de Dios” donde Dios mismo mora por su Espíritu y somos atendidos y servidos por sirvientes poderosos, los ángeles, que realizan los deberes domésticos normales dentro de esa Casa de nuestro Padre, mientras nosotros, como hijos del Rey, cumplimos las responsabilidades ejecutivas de la divinidad.
Hay rangos angelicales. Algunos rangos son superiores a los 24 ancianos de Apocalipsis. Hay muchos tronos y un gran trono blanco. Hay ángeles a nuestro alrededor y aprenden de nosotros, aprenden de la salvación, de la gracia, observando a los que predican el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar (1 P 1.12).
Anda tranquilo hay ángeles que velan por ti.
Leemos en Ap 4.6-9 de cuatro “bestias”: una era como león, otra como toro, otra como hombre y otra como águila (esto es lo que Ezequiel llama: querubines, Ez 1 y Ez 10). En el diseño de las tribus de Israel alrededor del Tabernáculo en el desierto, la tribu de Judá (simbolizada por el león) estaba en el lado este del tabernáculo, la tribu de Dan (simbolizada por el águila y la serpiente) en el lado norte del trono de Dios, la tribu de Rubén (simbolizada como hombre, el primogénito de Israel) en el lado oeste del trono de Dios, y la tribu de Efraín (el primogénito de José) como un toro en el sur lado del tabernáculo. Cada una de estas cuatro tribus principales tenía una tribu de Israel en cada lado que juntas igualaban a las doce tribus de Israel.
Estas cuatro criaturas celestiales (cada una de las cuatro tiene dos criaturas a su lado) representan doce querubines que están a cargo de cuidar las cuatro divisiones principales de las doce tribus de Israel. También hay un arcángel sobre Israel llamado Miguel (Dn 12.1).
Además de estos los 24 ancianos en el cielo representados por los los 24 sacerdotes en el tabernáculo en la tierra (1 Cr 27.1-15), y las 4 “bestias” o querubines alrededor del trono de Dios, había dos querubines especiales tan cerca de Dios que sus alas cubrían el Propiciatorio o “Asiento de Misericordia” en el tabernáculo terrenal. Esto es tipo de del trono celestial de Dios. Estos dos querubines fueron simbolizados en Israel en el Templo terrenal por el Sumo Sacerdote y el Jefe de los Sacerdotes. Recuerde que en el juicio de Cristo, los judíos llevaron a Cristo primero a Anás el Jefe de los Sacerdotes (Jn 18.13), y luego a Caifás, el Sumo Sacerdote (Jn 18.24).
La razón por la que siempre había un segundo Sumo Sacerdote disponible era para asegurarse de tener un Sumo Sacerdote adecuado, listo y purificado en caso de que uno se contaminara por cualquier razón durante los siete días de purificación que precedían a la mayoría de los ritos y fiestas ordenadas en los que las actividades del Sumo Sacerdote eran imprescindibles.
Estos dos “Sumos Sacerdotes” en el Templo terrenal de Jerusalén representaban simbólicamente a los dos querubines que cubrían el propiciatorio en el templo celestial. Uno de estos querubines finalmente no pudo seguir sirviendo cerca a Dios en el cielo (Ez 28.11-19).
Además de los principales ángeles, arcángeles y querubines, se nos dice en Isaías que hay un grupo sirviente alrededor del trono de Dios llamado Serafines (Is 6.13). De hecho, Juan nos dice que el número de ángeles es inmenso:
“Miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era miríadas de miríadas y millares de millares.” Ap 5.11.
Esta enorme cantidad de huestes angelicales incluso hace que las 12 legiones de ángeles (60,000 ángeles) que Jesús dijo que vendrían a protegerlo si así lo pidiera al Padre (Mt 26.53) parecieran insignificantes. La verdad es que hay una cantidad innumerable de huestes angelicales a quienes Dios ha ordenado realizar ciertas tareas para Él y para ayudar a los hijos de Dios en cualquier función requieran. Todos ellos acuden al trono de Dios en el cielo por instrucciones y órdenes que Dios les asigna cumplir.
“Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” 1 Tim 2.5
Aunque sí existen ángeles protectores o guardianes. Tenga en cuenta que no son mediadores.
No tenemos mediadores angelicales entre nosotros y Dios. De hecho, tenemos directo acceso al Padre para todas nuestras necesidades, a través de la autoridad divina de Cristo Jesús.
Tenemos como potestad espiritual guardián o protector nada menos que Cristo Jesús. No hay ángeles que se interpongan en el camino ni sean mediadores. No hay hombres ni mujeres en la tierra, todos los que estamos en Cristo, tenemos acceso directo y personal al Padre (el ser más importante de todo el universo).
Bajo ninguna circunstancia las Escrituras enseñan que se debe pedir a un ángel en oración, sin importar el rango que tenga. Dios no permite que sus hijos hagan eso.
No enseñen a sus hijos la oración del ángel de la guarda. Lo que Pablo enseñó en 1 Tim 2.5 no permite tales cosas por parte de los hijos de Dios.
“Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” 1 Tim 2.5
Los ángeles están al cuidado temporalmente hasta que tengamos conocimiento de los asuntos espirituales que involucran a la divinidad. Esto ocurrirá cuando resucitemos en la 2da venida de Cristo. La Biblia dice que los creyentes juzgaremos a los ángeles (1 Co 6.3). ¿Por qué “juzgaremos a los ángeles”? Porque los ángeles no siempre hacen la voluntad de Dios.
“He aquí, él (Dios) no confía en sus santos (ángeles): sí, los cielos no están limpios a su vista (de Dios)”. Job 15.15.
No todos los ángeles son justos. Satanás mismo se presenta con una personalidad que aparece como ángel justo (2 Co 11.14). Los cielos necesitan purificación (Heb 9.23).
Muchos ángeles son mentirosos y tratarán de engañar. No se nos dice en las Escrituras por qué algunos ángeles se complacen en engañar a los Hijos de Dios, pero se toman tales libertades y se deleitan en engañar. Como el apóstol Juan advierte:
“Amados, no creas a todos los espíritus (ejemplo un ángel), prueba los espíritus si son de Dios: porque muchos falsos profetas (engañados por los ángeles) han salido al mundo”.
1 Jn 4.1
Especialmente les gusta mentir imitando a los muertos. Tenemos muchas pruebas de personas muertas que han aparecido. La Biblia enseña en términos inequívocos que el único que se ha levantado de entre los muertos con inmortalidad es Jesucristo (1 Tim 6.16). Esas apariciones son de espíritus mentirosos (o ángeles) que tratan de alejar a la humanidad de las verdades de las Escrituras.
Nuestra inmortalidad viene por la resurrección de los muertos que ocurrirá en la 2da venida de Cristo. Siempre debemos ejercer precaución al encontrarnos con seres angelicales.
Si ves un ser espiritual que dice que él o ella es el “espíritu” de una persona que ha muerto recientemente (o hace tiempo como María, la madre de Jesús), debes reprender a ese espíritu yendo directamente a Cristo.
Siempre debe tratar a todos los ángeles con respeto y el honor que merecen (sin importar quiénes sean), pero tanto usted como los ángeles deben darse cuenta de las diferentes posiciones que todos tienen. Nunca debería haber una fraternización, club secreto o una intimidad que los lleve a su nivel de poder, autoridad o nivel de rango.
Nuestra relación siempre debe ser amigable si los ángeles son justos o debemos ser cautelosos si no estamos seguros que sean justos o santos. La relación con todos los ángeles siempre es vertical, quiere decir, a través de Cristo. NUNCA debes tener contacto físico con ellos, cuando deseen abrazarte para consolarte no respondas de la misma manera. Abrazar no es responsabilidad de los ángeles, es responsabilidad de la iglesia. Sea parte de una iglesia sana, viva y amorosa.
Si deseas comunicarse es su propio ángel que Dios ha enviado para ayudarlo en alguna circunstancia, nunca debes tratar con él de manera íntima que implique contacto físico o espiritual. Debes tratar a tu ángel como tratarías a tu dentista, médico, profesor o plomero, etc. Los ángeles tienen un papel que desempeñar en tu vida, pero deben ser tratados como profesionales que son, y no ser vistos como agentes con los que creas relaciones íntimas. Su asociación con los ángeles debe ser estrictamente profesional en todos los sentidos (y las Escrituras enfatizan esto). NO debe haber la más mínima relación PERSONAL con los ángeles.
No siento la necesidad de tener un “ángel guardián” (no importa cuán poderoso sea) porque ya tengo un “Dios Poderoso”. Él es mi amparo y mi fortaleza quien está siempre a mi lado y me ama y me respeta de corazón, no importa cuántas veces fallo. De hecho, Cristo Jesús me ha declarado justo y me han asegurado salvación dentro de la misma familia de Dios. Fue Cristo, mi hermano mayor quien me compró y pagó para librarme de mí mismo y de todo mal.
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