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¿Tiene la Biblia alguna guía al respecto?
Luego de Adán y Eva pecar contra el Creador, trataron de cubrir su culpa y vergüenza, pero escogieron túnicas muy pobres. El ser humano ha tratado siempre de ocultar la culpa y vergüenza. Las hojas de higuera de obras religiosas nunca podrán cubrir la culpabilidad y vergüenza de ofender a un ser santo como Dios.
Fue el Creador quien tomó la iniciativa en el asunto del vestuario, quitó las hojas de higuera y eligió pieles para cubrir a Adán y Eva (Génesis 3:21). “Y Jehová Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de pieles, y los vistió.” Dios los vistió.
Vestir tiene 2 significados, uno espiritual y otro físico. El espiritual es el de cubrir. Sólo Dios puede cubrir los pecados y justificar a sus criaturas. El físico es que la razón de vestirse o cubrirse proviene de Dios y está asociado con la vergüenza y el sentido de protección. De manera que cuando un hombre o mujer se viste pobremente (con hojas de higuera) muestra una condición interna de no pertenencia y desprotección. Vertirse semidesnudo es una manera poderosa de llamar la atención y recibir una aceptación engañosa. Cada uno debe preguntarse qué motivación tiene al vestirse así y tener en cuenta que Jehová no aceptó los vestidos que los primeros padres, Adán y Eva, se vistieron. Dios los vistió.
“Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad” (1 Tim. 2:9-10). El apóstol Pablo da instrucciones acerca de algunas cosas que deben caracterizar a la mujer cristiana: y lo primero es cómo deben vestir, hay una forma de vestir piadosa y una forma de vestir impía, luego el apóstol hace un contraste entre la forma incorrecta de vestir y el mejor vestido que deben lucir. La Biblia no manda que las mujeres cristianas se vistan con ropa anticuada, ni que sean descuidadas en su presentación personal, sin embargo, tiene mandatos respecto a cuál es la prioridad de la mujer en asuntos de belleza.
Pudor está vinculado a la modestia, la vergüenza y la honestidad. Es el recato en la sexualidad. Es un elemento de la personalidad que intenta proteger la intimidad. Significa que la mujer, a la hora de escoger su ropa, lo hará basado en la pureza mental. Cada generación y cada sociedad tiene sus propias corrupciones, y una de estas corrupciones siempre está relacionada y se manifiesta en el vestuario de la mujer.
La sociedad en general, promueve la degradación de lo que debe ser puro. Hay la tendencia a que las mujeres, no todas, busquen vestir de manera tal que se resalten las líneas de su cuerpo y aquellas partes que son de gran atractivo para los hombres. Pareciera que la única manera de conquistar a un hombre fuese mostrando aquellas partes físicas que despiertan el deseo sexual de los hombres. Cuando una mujer busca atraer a los hombres mostrando partes de su cuerpo, usando vestidos muy escotados o ajustados, transmite un mensaje de fondo: que no esperen de ella ningún otro atractivo, que no tiene nada más que dar, porque es hueca.
La sociedad de nuestro tiempo está promoviendo que las mujeres vistan como prostitutas. Las prostitutas acostumbraban a vestir extravagante porque así les hacían saber a los hombres de que estaban dispuestas a satisfacerlos a cambio de dinero. Actualmente es difícil diferenciar entre una mujer ramera y otra que no lo es, porque ambas, prácticamente, visten de la misma manera.
Cualquier adorno, sea de mujer u hombre, puede estar abusado. Dios nos dice por medio del apóstol, “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa. Vuestro vestuario no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se vestían en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.” (1 Pedro 3:1-6) El apóstol compara el valor que tienen los adornos externos frente al valor del adorno interno. El adorno interno, del alma, es mucho más valioso que cualquier adorno de oro o perlas.
La mujer cristiana no debe tratar de exhibirse a través del uso de ornamentos de oro, ni perlas, ni vestidos costosos. Vestir así no se corresponde con el espíritu humilde que debe caracterizar a la mujer cristiana. La mujer cristiana profesa con sus labios temer a Dios, por lo tanto, su conducta debe ser como el de las mujeres piadosas que encontramos en la historia bíblica, las cuales glorificaban a Dios siempre haciendo el bien. La mujer virtuosa, que es alabada por su marido, y por todos, y que recibe el reconocimiento de Dios, es aquella que “alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso” (Prov. 31:20). La mujer cuya hermosura sobrepasa a lo meramente externo es aquella que siempre hace el bien: “Muchas mujeres hicieron el bien, más tu sobrepasas a todas” (Prov. 31:29). La mujer cristiana debe caracterizarse por ser amable, suave y delicada en el trato hacia los demás. Debe ser mansa y dulce. Esto es más valioso que cualquier adorno de oro. Un espíritu suave, manso y amable brilla más que las perlas, y permanece para siempre, en contraste con los peinados y vestidos lujosos, que deben ser cambiados diariamente.
La Biblia hace mención de los aretes, tanto para mujeres como para hombres. En Éxodo 32, Aarón hizo un becerro de fundición fundiendo aretes de oro. Sin embargo, el piercing de oreja se le coloca al esclavo que decide renunciar a su libertad como se puede leer en el Deuteronomio 15:12-17. La perforación de la oreja es una forma muy antigua de simbolizar compromiso y apropiación. En el Antiguo Testamento, los esclavos tenían perforados los lóbulos en señal de que pertenecían a su dueño. Los derviches que tomaban los votos de celibato, se perforaban un lóbulo y llevaban un aro para que se les reconociera. Debemos pues diferenciar el uso que se le colocaba al esclavo en una de sus orejas y de las joyas que usaba el pueblo de Israel. Todo estudiante sensato de las Escrituras sabe que las joyas que Dios desaprueba eran aquellas que estaban dedicadas a dioses paganos. Más adelante veremos el uso positivo que las Escrituras hacen de las mismas.
Levítico 21:5-6, “No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños. Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto, serán santos.” La interpretación correcta está en el contexto. Los hebreos estaban saliendo de Egipto y Dios quería separarlos de sus vecinos que vivían en Canaán. Los pueblos de sus alrededores tenían agujeros y tatuajes, y se afeitaban en honor a sus dioses paganos. En el Asia Occidental alrededor del año 3.000 a.C, los indios, persas, babilonios, hebreos, germanos, árabes y galos, usaban aretes como talismán para alejar enfermedades e influencias maléficas y atraer buena suerte. Este texto bíblico no se refiere a la práctica estética moderna de usar joyas o aretes, el contexto habla acerca de su uso religioso relacionado con la brujería. En otras palabras, la Biblia prohíbe las prácticas paganas de buscar protección de algún animal o espíritu haciendo un tatuaje o una perforación en cualquier parte del cuerpo para adquirir su poder. Es claro que no se está prohibiendo el uso de joyas, más bien se prohíbe el uso ocultista de ellas. Para los que prohíben el uso de joyas citando Levítico 19:28, es bueno citarles el versículo anterior Levítico 19:27 dice, “No se corten el cabello en redondo ni se despunten la barba.” ¿Cuántos de nosotros nos afeitamos? Según el verso anterior está prohibido. Así que ¿por qué es que no se puede hacer lo que la Biblia prohíbe en el versículo 28, pero sí se puede hacer lo que la Biblia dice claramente que no se debe hacer en el versículo 27?
Rom 14.13-23 “Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. No sea, pues, vituperado vuestro bien; porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.”
Los egipcios eran orfebres, trabajaban con oro y plata e incrustaban en estos metales piedras preciosas como la coralina, el jaspe, la turquesa, la amatista, etc. Ellos hacían unos aros de oro que traspasaban las orejas, y simbolizar así la riqueza de quien los poseía. Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, Jehová ordenó despojar al pueblo Egipcio de estas riquezas, y que se las pusieran ellos. “Pedirá cada mujer a su vecina y su huésped alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas” (Éxodo 3:22). No hay ninguna prohibición en contra de los aretes. En Ezequiel 16:12 Dios dice a Israel, “Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza.” El uso de las joyas en la nariz y aretes en las orejas es usado como figura de una bendición (Cant 1:11, Prov 25:12).
En cuanto a los tatuajes, está prohibido hacer tatuajes en la piel o agujeros en nuestros cuerpos que den honor ocultista o tengan relación con el reino de la oscuridad. Levítico 19:28 por ejemplo en la NVI, se lee: “No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor.” Las naciones paganas que habitaban en la tierra que Dios prometió a su pueblo tenían la costumbre de tatuarse la piel, por eso Dios prohíbe a su pueblo que adopte esta costumbre. Note lo que dice Levítico 18:30 “Guardad, pues, mi mandamiento, no haciendo las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro Dios.”
Dios quería marcar una diferencia entre lo que practicaban los pueblos paganos y lo que debía practicar su pueblo escogido, entre ellas, el no tatuarse la piel. El Nuevo Testamento, guarda silencio con respecto a los tatuajes en la piel. Respetando a los que tienen una convicción diferente, mi posición a este respecto es que los creyentes que todavía no tienen tatuajes en la piel, no deberían hacérselos. Por varias razones: 1. En el Antiguo Testamento existe un antecedente en el cual Dios prohíbe a su pueblo que se hagan tatuajes en la piel. Aunque el Nuevo Testamento guarda silencio sobre el asunto de los tatuajes, sería aconsejable adoptar lo que el Antiguo Testamento enseña sobre este asunto. 2. Dios siempre espera que los creyentes tengan un estilo de vida diferente al del mundo. Usted sabe que para el mundo no hay problema con hacerse los tatuajes que se quiera, entonces los creyentes deberían adoptar algo diferente al respecto. 3. Los tatuajes pueden llegar a ser una piedra de tropiezo para otros creyentes que tienen la convicción de que un creyente no debería tatuarse la piel. La palabra de Dios nos ordena no hacer nada que haga tropezar a un hermano débil. 4. Los tatuajes son muy comunes en personas que no tienen respeto a Dios, ni al pueblo de Dios y ni a la palabra de Dios. No sería justo por tanto que los que sí tenemos respeto a Dios, al pueblo de Dios y a la palabra de Dios adoptemos esa práctica. (Existe una tendencia de aquellos que se oponen a Dios a tatuarse la piel.)
Las costumbres están relacionadas a una práctica en particular, basadas en la cultura y la moda vigente. Hay diferencia entre la doctrina y la costumbre.
En cuanto al origen: La doctrina es divina / La costumbre es humana.
El cuanto a la aplicación: La doctrina es de carácter general / La costumbre es local.
En cuanto al tiempo: La doctrina es inmutable / La costumbre es temporal.
La doctrina bíblica genera buenas costumbres, pero las buenas costumbres no generan doctrina bíblica. Puede pasar que en las iglesias haya una cantidad enorme de buenos hábitos, pero casi nada de doctrina. Esto es peligroso porque hay que tener fundamento espiritual de la Palabra de Dios, de lo contrario el creyente puede desechar la gracia al tener más confianza en sus propias obras y creer está más cerca de Dios al vestirse así, no ponerse aquello, no utilizar esto, comer esto o aquello. “Todas estas reglas tienen que ver con cosas que se acaban con el uso” (Col 2.22), quiere decir que con el tiempo van perdiendo valor porque son humanas, todo lo humano está destinado al cambio. Las reglas de ayer pueden no aplicar a hoy pero la ética de la ley divina aplica para todos los tiempos porque no trata lo externo sino lo interno, el corazón del ser humano. Lea Col. 2.20-3.3.
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