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¿Qué me hace pecar? ¿Dónde comienza el pecado?
La renovación de su mente es parte del proceso de persuadir su corazón con las razones y realidades de Dios. Pero todo comienza con esto: todo lo que yo era está muerto. Quien yo era antes murió. De ninguna manera voy a rendirme a la falsa realidad que me muestra mi “viejo hombre”. No cederé a ningún recuerdo sin Cristo por placentero que parezca.
Todo lo que yo era, todo lo que yo pensaba que era, ahora está muerto. Morí con Jesús. Esa persona fue crucificada con Cristo.
Reconozca esta verdad cada día y no tenga miedo a cambiar, Ga 2.20; Col 3.3.
Cuando usted se encuentre cediendo a patrones destructivos de su vieja vida, susurre o grite esta verdad. Diga a la tentación, “He muerto a ti, ya no tienes poder sobre mí.” (Rom 6.14) Y entonces, escoja cómo quiere realmente responder a la circunstancia que enfrenta.
La sensación de carencia es la responsable de todas las tentaciones, pecados, y todo comportamiento destructivo. La tentación original, ocurrió sólo después de que Satanás debilitó la confianza de Eva en Dios. Una vez que le hizo creer que le faltaba algo, Eva creyó que ella no era lo que Dios dijo que era, comenzó a sentir que le faltaba algo, ese sentido de carencia es el resultado de su nueva creencia en las palabras de Satán.
Ese sentimiento de carencia, unido a la desconfianza en la fidelidad de Dios la llevó a satisfacer sus necesidades independientemente de Él.
El engaño es el de creer que nuestras circunstancias tienen el poder de llevarnos cautivos. Cuando somos engañados sentimos que no tenemos opciones y nuestra vida parece limitada por ellas.
Isaías 42: 7 nos dice que los presos están en cárceles sin luz.
Ellos no ven las cosas como realmente son. La oscuridad se produce en la ausencia de luz. Cuando los creyentes perecen por falta de conocimiento, no es porque el enemigo sea poderoso, sino porque no ven las cosas como realmente son. Estos prisioneros que no perciben que la puerta de su prisión ya ha sido abierta.
La oscuridad es esta: Ya no es Dios sino sus circunstancias quienes gobiernan su realidad. Necesitan ver su situación desde la perspectiva de Dios.
Cada vez que creemos que estamos limitados es sólo porque vemos las circunstancias desde la perspectiva de nuestros escasos recursos en vez de ver desde la perspectiva de Dios y reconocer que el Reino de Dios en nosotros está.
Jesús le dice a Jairo, la niña no ha muerto, cree solamente – Mr 5.35,36.
Jesús dice de la muerte de Lázaro, él sólo duerme, yo voy a despertarle – Jn11.9,14,23,41-44.
Elías y Giezi enfrentan el ejército sirio – 2 R 6.14-18
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